martes, 13 de septiembre de 2011

Nosotros y el hambre emocional

Y si nos comemos una picadita? Armamos un asado para el domingo? Venite a mi casa y hacemos unas pizzas... siempre la comida de por medio. Pero es asi, a veces más sana y otras no tanto desde el hombre y la mujer de la prehistoria nos reunimos alrededor del fuego y del alimento para compartir.
Entonces además de nutrirnos con la comida, nos nutrimos con la compañía, con la charla, con el encuentro.
Bien o mal eso lo dirá la balanza y sobre todo nuestro estado físico.
Qué pasa cuando comemos frente al televisor, cuando nos damos atracones porque venimos rendidos del trabajo, cuando nos compramos golosinas cada vez que estamos tristes para levantarnos el ánimo o simplemente buscamos algo para comer porque estamos aburridos/as.
Al parecer nuestro cerebro se contenta con ciertos alimentos grasos o dulces que a la larga no nos benefician.
La lic. Gabriela Gottau nos propone cortar ese círculo y hacer otra cosa. Cuando sentís esas ganas irrefrenables de comer porque te atacó el hambre emocional, en lugar de abrir la heladera, respirá profundo, salí a caminar, llamá a algún amigo/a . La idea es re-educarnos, cambiar el hábito.
De esto y mucho más hablamos en el programa “Hambre emocional”.

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