martes, 2 de agosto de 2011

nosotros y las asignaturas pendientes

Como les contamos en el programa subimos al blog parte de un artículo de la revista Eroski Consumer. (Muy interesante y trata muchísimos temas desde estos tan personales a temas de bricolage, recetas, consejos de economía y mucho más)

¿Por qué se hacen presentes las asignaturas pendientes del pasado?

  • Porque no nos gusta ni aceptamos nuestra vida tal y como es.
  • Perseguimos la ilusión de un 'mundo perfecto' y consideramos que lo que hicimos o dejamos de hacer es la clave de nuestro infortunio.
  • Nos comparamos con lo que otros tienen y en esta competición nos arrepentimos de decisiones que tomamos en el pasado.
  • Nos sentimos culpables por haber fallado a alguien.
  • Pensamos que dejamos escapar oportunidades especiales.
  • Juzgamos que no supimos, por incapacidad o por miedo, abordar algún problema al que había que dar respuesta.
  • Suponemos que huimos por cobardía de algo que dejamos sin solucionar.
  • Lamentamos que fuimos unos irresponsables y no hicimos lo que debíamos por falta de esfuerzo y disciplina.
  • Percibimos que nos falló la oportunidad o las condiciones que deberíamos haber tenido para poder hacer tal o cual cuestión.
Como se ve, en las asignaturas pendientes se mezclan sentimientos dolorosos, como la insatisfacción, la incapacidad personal, la falta de confianza, la irresponsabilidad, la exigencia perfeccionista, el victimismo, el miedo y la culpa. Se sostienen porque se parte de la falsa creencia de que cometer errores equivale a no valer. Las equivocaciones del pasado se toman, entonces, como fracasos personales y no como parte fundamental de todo aprendizaje, olvidando que sirven para percibir lo que no nos conviene o nos hace mal. Usarlas para maltratarnos y castigarnos, además de despojarlas de su utilidad, nos lleva a recaer en otro nuevo error: castigarnos.
Además, dependiendo de nuestro momento actual y de cuál sea nuestra asignatura pendiente quizá podamos reparar aquello que pensamos que hicimos equivocadamente, acometer lo que no hicimos, aclarar malentendidos, decir lo que no dijimos, pedir perdón o dar las gracias. Pero es importante hacerlo desde la idea de que nos va a procurar mayor felicidad y ahora es posible porque se ha aprendido del error del pasado. Hacerlo para llenar huecos y negar lo que fue es no vivir el presente.

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